Dentro de ti
y de tus paredes,
una voz extraña
deletrea
el rumor de mis miradas,
bajo el olor quebrado
de las sombras de tus huellas.
A lo largo del camino,
desde el olor de tu pisadas,
se escucha el murmurar
que dejaron mis miradas.
Lejos de ti
y de todos los caminos,
una voz herida,
en medio del ocaso,
pronuncia mis miradas.
Lejos de aquí,
sobre las cenizas del ocaso,
crepita
el viejo silencio de mis ojos.